¿Es posible crear las condiciones para que “las cosas pasen”? Como hemos expuesto antes, un liderazgo transformador es aquel que favorece que las cosas sucedan, aun en contra de la inercia de los acontecimientos. En la política, en los mercados y en las empresas, no deja de llamar la atención la presencia de liderazgos que han impulsado transformaciones profundas en el estado de cosas, permitiendo el surgimiento de condiciones sin precedente lógico y que antes de ocurrir, difícilmente se podrían predecir. Así, estos liderazgos han dado fe de un poder singular para dar paso a cambios tipo “salto cuántico”, donde el efecto de su intervención, contradice la costumbre y la tradición, dando paso a estados y condiciones sin precedente, cuyas ventajas y beneficios superan con mucho a lo ya establecido. Una vez que como efecto de estos liderazgos, la transformación ha sucedido, los analistas, críticos y estudiosos siempre encuentran una explicación “lógica”, acerca de cómo o porque lo consiguieron y pareciera que era cuestión de tiempo y la combinación de algunas variables para que la cosa ocurriera así. Sin embargo, más allá de las explicaciones, las dudas que siempre quedan son ¿por qué antes de la intervención de estos liderazgos tal transformación no había sucedido? ¿habrían ocurrido sin la específica aportación de este liderazgo? Evidentemente y “a toro pasado” tales transformaciones son explicables y parecen hasta obvias, pero por si solas no se habían manifestado; es innegable el efecto de la intervención de un liderazgo singular y atípico, que no se corresponde con lo acostumbrado, de otro modo tales transformaciones ya se habrían presentado. No podemos negar que, en muchos casos de cambios radicales tipo “salto cuántico”, las condiciones para que tales transformaciones se presentaran, ahí estaban, en algún lugar, en mayor o menor grado, pero no se hicieron manifiestas sino hasta que “alguien” a través de su intervención les identificó y aportó un sentido útil. Por ejemplo en los mercados, la industria electrónica ya tenía años contando con los elementos que le dieron paso a la tecnología mp3; los usuarios de música a través de reproductores móviles ya existían y la necesidad de tener toda nuestra colección musical a nuestro alcance ya eran patentes. Pero tuvo que manifestarse un liderazgo que sintetizará, diera sentido y organizara todos estos elementos en un producto novedoso: ipod. En la política la minoría afro-descendiente había aumentado significativamente en las cinco décadas recientes, los electores querían una solución diversa y novedosa y el “stablishment” ya había agotado su oferta política en los Estados Unidos de Norteamérica. Pero solo un liderazgo hubo de dar sentido, cauce y causa a todos estos elementos. El resto de la historia es bien conocida. Y así podríamos citar variados ejemplos de personajes y organizaciones que llevaron adelante estas transformaciones de tipo “salto cuántico” y, siempre encontraremos que aun cuando los factores para hacerlo podían ya o no existir, fue su liderazgo el que creó las condiciones para traducirles en realidad. Este es un ejemplo claro de que la diferencia entre que las cosas sucedan por la inercia de las circunstancias o que estas ocurran por la deliberación orquestada es el liderazgo. Ese es el Liderazgo para la Transformación.
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AuTORPablo López-Carrasco ArchiVOS
Junio 2015
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