En el nuevo milenio ni tener calidad, ni excelencia, ni ser efectivo es suficiente para asegurar el valor…
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El siglo XX fue el siglo de la calidad, la excelencia y la efectividad. En el mundo de entonces eso era novedoso y necesario. Las organizaciones que lo lograron fueron competitivas en ese entonces.
Pero en el siglo XXI todo eso es un asunto dado y ya no agrega el valor de acuerdo a las necesidades actuales y futuras del mercado, los accionistas y en general, de la sociedad.
Por ello las organizaciones del siglo XXI deben estar orientadas a la sustentabilidad de su competitividad; las que lo consiguen son las organizaciones que pueden diferenciarse hoy, para competir exitosamente.
Pero en el siglo XXI todo eso es un asunto dado y ya no agrega el valor de acuerdo a las necesidades actuales y futuras del mercado, los accionistas y en general, de la sociedad.
Por ello las organizaciones del siglo XXI deben estar orientadas a la sustentabilidad de su competitividad; las que lo consiguen son las organizaciones que pueden diferenciarse hoy, para competir exitosamente.
Transformación para la Sustentabilidad Organizacional

¿Qué significa Competitividad Sustentable?
Poder hacer frente a los requerimientos de competitividad actuales, asegurando que se crean las condiciones para poder seguir compitiendo exitosamente en el futuro.
Una de las más penosas lecciones que el mundo competitivo ha dado en los últimos años es que ser capaz de competir exitosamente en el pasado y en el presente, no garantiza poder seguir haciéndolo en el futuro. En los años recientes hemos visto como organizaciones que apenas hace poco fueron modelos de competitividad, hoy simplemente han desaparecido.
En cambio, las organizaciones que despuntan y sobresalen en la nueva sociedad, son aquellas que se han esmerado en la creación de valor sustentable, tanto en el terreno financiero, como en el mercado, la sociedad y en el cultivo de sus ventajas competitivas.
Poder hacer frente a los requerimientos de competitividad actuales, asegurando que se crean las condiciones para poder seguir compitiendo exitosamente en el futuro.
Una de las más penosas lecciones que el mundo competitivo ha dado en los últimos años es que ser capaz de competir exitosamente en el pasado y en el presente, no garantiza poder seguir haciéndolo en el futuro. En los años recientes hemos visto como organizaciones que apenas hace poco fueron modelos de competitividad, hoy simplemente han desaparecido.
En cambio, las organizaciones que despuntan y sobresalen en la nueva sociedad, son aquellas que se han esmerado en la creación de valor sustentable, tanto en el terreno financiero, como en el mercado, la sociedad y en el cultivo de sus ventajas competitivas.

¿Es posible transformar a una organización para ser competitiva de manera sustentable?
Si, es altamente posible, pero es menos probable. ¿Por qué? La respuesta está en la facilidad de la organización para mutar su condición, pero más allá, para crear las condiciones que le permitan competir sustentablemente.
Las condiciones para la sustentabilidad no “se dan” o simplemente aparecen; son una creación deliberada y exitosa de la organización. La Competitividad Sustentable no es hallazgo ni un efecto de la inercia de una organización exitosa; es una creación que ocurre como efecto de trabajar en ello.
Las organizaciones sustentablemente competitivas no cambian, se transforman. No son resultado de las condiciones externas, son el efecto de una invención deliberada.
Si, es altamente posible, pero es menos probable. ¿Por qué? La respuesta está en la facilidad de la organización para mutar su condición, pero más allá, para crear las condiciones que le permitan competir sustentablemente.
Las condiciones para la sustentabilidad no “se dan” o simplemente aparecen; son una creación deliberada y exitosa de la organización. La Competitividad Sustentable no es hallazgo ni un efecto de la inercia de una organización exitosa; es una creación que ocurre como efecto de trabajar en ello.
Las organizaciones sustentablemente competitivas no cambian, se transforman. No son resultado de las condiciones externas, son el efecto de una invención deliberada.

¿Cuál es la diferencia entre cambiar y transformarse?
Desde una perspectiva de sustentabilidad cambiar supone adaptarse a lo que va sucediendo, a lo que aparece en el horizonte de los nuevos tiempos. El éxito de una empresa tradicional (convencional) radica en adoptar la forma que el medio le impone.
No es poco mérito, pero no es suficiente para competir sustentablemente.
Transformarse es el efecto de poder adaptarse, pero ante todo de trabajar consciente y deliberadamente en la creación de las condiciones que son necesarias para competir de forma sustentable. Las organizaciones que lo consiguen lo han hecho en contra de la inercia de su éxito pasado y expandiendo su forma, más allá de lo que son los moldes que imponen la tradición y las tendencias.
Son organizaciones que han conseguido que pase lo que debe pasar, independientemente de la dirección en la que se mueven las tendencias y la tradición.
Son sin duda, organizaciones atípicas.
Desde una perspectiva de sustentabilidad cambiar supone adaptarse a lo que va sucediendo, a lo que aparece en el horizonte de los nuevos tiempos. El éxito de una empresa tradicional (convencional) radica en adoptar la forma que el medio le impone.
No es poco mérito, pero no es suficiente para competir sustentablemente.
Transformarse es el efecto de poder adaptarse, pero ante todo de trabajar consciente y deliberadamente en la creación de las condiciones que son necesarias para competir de forma sustentable. Las organizaciones que lo consiguen lo han hecho en contra de la inercia de su éxito pasado y expandiendo su forma, más allá de lo que son los moldes que imponen la tradición y las tendencias.
Son organizaciones que han conseguido que pase lo que debe pasar, independientemente de la dirección en la que se mueven las tendencias y la tradición.
Son sin duda, organizaciones atípicas.

¿Cualquier organización puede construir la Competitividad Sustentable?
Hipotéticamente hablando, si.
En la práctica y, muy penosamente hablando, hay que reconocer que no.
No toda organización tiene la facultad para crear las condiciones que le permitan sustentar su capacidad para competir. Y tampoco toda organización tiene los incentivos para conseguirlo.
No es una declaración elitista, pero la verdad es que si cualquier organización pudiera hacerlo, ya lo estaría logrando.
Sin embargo las organizaciones que si lo logran lo han hecho como producto de acciones lúcidas, ambiciosas y deliberadas, que se construyen a partir de tres pilares fundamentales:
Hipotéticamente hablando, si.
En la práctica y, muy penosamente hablando, hay que reconocer que no.
No toda organización tiene la facultad para crear las condiciones que le permitan sustentar su capacidad para competir. Y tampoco toda organización tiene los incentivos para conseguirlo.
No es una declaración elitista, pero la verdad es que si cualquier organización pudiera hacerlo, ya lo estaría logrando.
Sin embargo las organizaciones que si lo logran lo han hecho como producto de acciones lúcidas, ambiciosas y deliberadas, que se construyen a partir de tres pilares fundamentales:
Primero: es preciso garantizar la agregación de valor efectivo. Toda persona en cualquier posición debe asegurar la creación de valor en el terreno inmediato, pero también el mediano y largo plazo.
Segundo: es indispensable que este valor se construya de manera transversal y no solamente funcional. Es decir que no basta con lograr resultados de manera unilateral, sino que se debe construir valor a través de la red colaborativa cliente – proveedor, tanto interna como externa.
Y tercero: el liderazgo debe ser una condición organizacional, no individual. Así como existe una cultura organizacional, debe existir liderazgo en todos y cada uno de los Miembros de la organización. El liderazgo en la nueva organización no es una habilidad más, es una condición indispensable.
Segundo: es indispensable que este valor se construya de manera transversal y no solamente funcional. Es decir que no basta con lograr resultados de manera unilateral, sino que se debe construir valor a través de la red colaborativa cliente – proveedor, tanto interna como externa.
Y tercero: el liderazgo debe ser una condición organizacional, no individual. Así como existe una cultura organizacional, debe existir liderazgo en todos y cada uno de los Miembros de la organización. El liderazgo en la nueva organización no es una habilidad más, es una condición indispensable.